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Expedición Estigia
Guinea
Ecuatorial, la deuda moral española
Jesús
Berrocal-Rangel
¿Por qué la mayoría de los medios de comunicación no
denuncian ante la población española la situación que se está viviendo en
Guinea?
La respuesta da miedo. El abandono de nuestra antigua colonia
africana por parte de los sucesivos gobiernos españoles y el silencio
mayoritario de la prensa han logrado que olvidemos al único reducto
castellano en el África subsahariana. De hecho, muchos desconocen que
el territorio de este pequeño país hace tan solo 30 años formaba parte de
las provincias españolas y sus habitantes tenían el mismo DNI que
nosotros. Sin embargo aun tenemos un nexo imborrable con Guinea
Ecuatorial: el castellano. Y creo que estaréis de acuerdo conmigo en
que luchar a favor de quienes comparten
el fundamento de nuestra sociedad
debe de ser una obligación moral. En este mundo cada vez más
deshumanizado, alguien tiene que pagar la deuda de olvido que tenemos con
el pueblo guineano. El actual dictador, Teodoro Obiang, sufre una
enfermedad terminal y su sucesión
marcará un punto de inflexión para que
por fin se pueda disfrutar de un proceso de transición que conduzca al
país hacia un gobierno legítimo. Aunque también puede sumir el
territorio en el caos de una guerra civil. He tenido la oportunidad
de visitar otras antiguas colonias españolas y nunca encontré el cariño
por lo español que destilan los guineanos, más allá de demagogia
nacionalista. Imaginaros un país con tan solo dos carreteras asfaltadas,
sin agua corriente, ni luz eléctrica, ni comunicaciones telefónicas en la
mayoría del territorio, y en el que la esperanza de vida apenas alcanza
los 48 años. Un país en el que las personas, personas que se
comunican en nuestro mismo idioma, ven sistemáticamente pisoteados los
derechos fundamentales y mueren por enfermedades que aquí desterramos hace
muchas décadas. Para este pueblo oprimido es muy importante que la
opinión pública española sepa cual es su auténtica situación. Desde
que se descubrieran yacimientos de petróleo es el cuarto productor
africano de crudo. Pero toda esta riqueza se la reparte la miserable
jauría que encabeza el dictador Obiang, con el apoyo cómplice de los
Estados Unidos de América que manipulan a la Comunidad Internacional desde
la O.N.U. y ante el vergonzoso silencio del gobierno español, mientras
la población vive en la miseria.
En estas pocas líneas quiero pediros
que no olvidéis a Guinea Ecuatorial, porque su pueblo necesita sentirnos
cerca, a pesar de que el ex-presidente Aznar
recibiera en Moncloa y entre sonrisas al dictador Teodoro Obiang
y que el presidente Zapatero haya mandado a su Ministro de Asuntos
Exteriores a visitar al tirano. Algunas empresas
españolas quieren participar en las lucrativas ganancias del petróleo
guineano y el gobierno español, en un acto de mezquindad, antepone la
economía al respeto a los derechos elementales de un pueblo oprimido.
Mientras, los Estados Unidos siguen mostrando una política hipócrita sobre
el tema, reactivando sus relaciones con el régimen
de Obiang y acentuando
la colaboración militar. Una vez más, los intereses económicos y
militares pisotean los derechos humanos. |